Martín ...

No se como empezar esta entrada, la verdad sea dicha. Sé a ciencia cierta que todo lo que escriba será insuficiente para reconocer a mi padre tanto como cazador como persona.

Mi padre Martín, fallecido hace pocos días.

Jornada a los patos. Coto de El Espinar, 2006
Mi afición a la caza, a los perros y al campo en general se la debo a mi padre. El mundo de la caza estuvo presente en mi casa desde que tengo recuerdos gracias a él.  La presencia de  piezas de caza era habitual. Ver como mi padre limpiaba su escopeta  ó ver perros de caza en el patio de casa era algo normal para un niño como yo en los años 70.
Mi padre, que me transmitió esta afición también recibió de su padre, Agapito, esta misma afición. En aquellos tiempos,  el mundo de la caza era muy diferente al que conocemos actualmente. Hoy día nadie entendería salir de caza  sin ir en coche, andando  en muchas ocasiones decenas de kilómetros hasta el cazadero. Ni tampoco se entendería no usar rifle para la caza mayor. Mi padre solo usó escopeta, y en los primeros años, con cartuchos recargados a mano. Ni tampoco se entendería ignorar el trofeo de la pieza cazada, valorando mucho más el lance y la recompensa de la carne de caza conseguida.  La caza era auténtica, no como hoy en día.


Los tiempos han cambiado,  pero la afición por la caza de mi padre en aquellos años era infinitamente mayor a la que hoy en día tenemos. Esa afición ha permanecido en mi padre durante toda su vida. Solo comentar al respecto que hace  cuatro años no le saqué la licencia de caza debido a su estado físico, muy mermado por la edad... se enfadó conmigo.  Más de una bronca tuve con él ya que no entendía eso de colgar la escopeta  ¡con 82 años!

Jabalí cazado por mi padre, Prados, 1996
Con mi padre comencé cazando con trece años, jornadas interminables  al jabalí. Los años pasaron, mi padre muchas veces salía de caza tras acabar su trabajo por la noche, como policía municipal. Los amigos que tuvo durante su larga vida cinegética disfrutaron mucho con la presencia de Martin, no solo por la caza en sí, sino por el buen humor que mostraba, y del genio... que también tuvo. He ido de caza con mi padre toda mi vida,  en sus últimos años cinegéticos procuraba salir de caza junto a él a la menor, solo para verle disfrutar de su afición, aun sin disparar un tiro. Aunque solo fuese una breve salida al campo.

Solo puedo darte las gracias papá, por todo lo que me enseñaste en esta afición y en la vida, allá donde estés.

Entrega de placa a socios fundadores del Coto de caza de El Espinar, 2011

Comentarios

  1. Me alegro un montón del pequeño homenaje que haces hacia tu padre. Seguramente que nos cuentes otra de las mil anecdotas que tuviste con él. Ahora es pronto. Un fuerte abrazo, amigo.

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  2. Es muy fácil hacer un comentario del amigo "maestro Martin".
    Yo, tuve la oportunidad de empezar a cazar y de que naciera mi afición con él junto con mi padre y otros historicos de la caza de San Rafael.
    Dentro de mis recuerdos infantiles está el de una jornada dónde yo era un niño y hacía de mochilero montado en un burro llevando la comida y cargando la caza. !y la perdí! al asustarse el burro que montaba.(La caza, apareció).
    La última vez que cazamos juntos (hace unos 4 años) fuimos los tres, le subimos al monte con mi viejo suzuki, nosotros como mayores nos quedamos por bajo mientras tu dabas la vuelta para tratar de meternos caza.
    Ya iba con la escopeta a rastras.... pero muy contento y feliz!!!tal, era su afición!!!.
    Ánimo amigo, un fuerte abrazo.

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  3. Emotivo homenaje Carlos. Todos tenemos una deuda con nuestros padres, nuestros primeros y más importantes maestros.
    Descanse en paz.
    Un fuerte abrazo.

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  4. Hola primo, tus palabras y sentimientos son muy emotivos. Qué gran generación la de nuestros mayores. Las nuevas generaciones han perdido la esencia y la autenticidad de la naturaleza. Bstos

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  5. Carlos, siento enormemente la pérdida de tu padre, se por lo que estarás pasando y tan sólo puedo trasmitirte mi pésame y mi ánimos. Lo demás sólo el tiempo lo cura poquito a poco. Creo que sólo las personas con sentimientos profundos pueden expresar tan bien algo como tú lo has hecho con tus palabras. Me he sentido realmente identificado con tus reflexiones y con tu dolor, ya que perder a un padre es dolorosísimo. Espero y deseo poder darte un abrazo lo antes posible y que sigamos rememorando y honrando las memorias de nuestros padres, tanto en el campo con nuestras aficiones como en la vida, y practicando durante toda nuestras vidas todo aquello que ellos nos enseñaron a amar. Un fuerte abrazo, amigo.

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