PESCARLITOS

Seguimos cazando la menor, los conejos siguen dando juego pese a que los perros no cazan al 100% por el calor como ya comenté en la anterior entrada. La abundancia de conejo en este coto madrileño ha dado mucho trabajo al menos a mi springer spaniel, esto te obliga a tener constantemente toda la atención puesta sobre el can durante su frenética búsqueda. Al levantar los conejos en muchas ocasiones a corta distancia  también se debe tener el aplomo suficiente para no disparar en caso que el perro persiguiese cerca al conejo. A muchos quizás les pueda el ansia y disparen con el perro a 1 metro, en mi caso evito correr riesgo alguno por engordar la percha. Las torcaces también han tenido su protagonismo. En muchas zonas las palomas torcaces sedentarias están sufriendo la presión cinegética sobre todo en media veda, donde se cazan un alto porcentaje de pollos.  No obstante, hemos podido hacer alguna percha con torcaces sedentarias, en la que personalmente he disfrutado de algún largo tiro,

Tras la primera batida a la que asistí hace unos días, este pasado fin de semana nos hemos estrenado en la menor. En Madrid ya se puede cazar y con varios amigos pudimos tener los primeros lances de la temporada. La pieza que más lances nos dio fue el conejo. As, mi springer spaniel se portó como un campeón, levantando y cobrando varios conejos, lástima que el dueño estuvo muy fallón y no estuvo a la altura. Decir también que los perros acusaron el hecho de estar a principios de temporada y sobre todo el calor, hasta 25ºC en algunos momentos. Además de los ratos tras los conejos pudimos bajar alguna torcaz, aunque de momento no se ven muchas  al no haber empezado la migración desde Europa. Pero como la semana pasada, además de cazar también pudimos disfrutar de la salidas micológicas. Aunque no soy un gran aficionado, si disfuto buscando níscalos y boletus. Os dejo alguna foto más de las diferentes setas que están dando color a este otoño. Aunque hay setas y hongos por las lluvias de e

Este fin de semana tuve mi primer contacto cinegético de esta temporada. Estas últimas temporadas no he sido muy asiduo de las monterías, comparando con mis primeros años como cazador en los que asistía a varias durante la temporada. Pero deseoso de salir al campo, ayer domingo, fui a una batida en el coto de El Espinar. El puesto con el que fui agraciado estaba situado en el alto del cerro que se batía. Pero lo más duro de la jornada no fue el hecho de subir hasta mi postura, que lo fue, sino el día lluvioso y ventoso que sufrimos. Habíamos tenido una soleada semana, pero ayer empezó a llover justo al llegar al puesto y paró justo al terminarse la montería. Tres horas a pie firme empapado por la lluvia, con viento y con apenas 7ºC, no es plato de buen gusto, pasando mucho mucho frío. Tengo que decir que no todo fue calamitoso el fin de semana, el sábado tuve la suerte de toparme con un navajero, pero no penséis que en medio hubo un lance cinegético. Esta vez el azar fue el cómplice. Y